miércoles, 29 de agosto de 2012

Tejdos en Zacatlán




Por Ing. Jenaro Cabrera Oropeza

Es Sub- delegado de Zacatlán el señor Manuel Ramón y Cascaxares, dependiente de la Intendencia de Puebla, desde 1791, en la "lista de los sujetos comerciantes, labradores y arrieros que hay en la cabecera de Zacatlán y su jurisdicción", da cuenta de 41 comerciantes, 89 labradores y 38 arrieros. Esta lista tiene como fecha el 12 de enero de 1793.

Más adelante, aclara que no se proporciona la lista de los artesanos "porque estos con poco pueden concurrir con su notoria pobreza".

En la lista formulada no se incluye a los indios. Esta referencia tiene como fecha el 12 de enero de 1793.

El Profr. Baudelio Candanedo en carta que me dirige de Zacatlán, fechada el 1 de Noviembre de 1974, en los dos últimos párrafos de la misma, me dice en el primero:

"durante mis 15 y 16 años de edad trabajé en la rebocería y aprendí ese oficio. Como es natural, me relacioné con la mayoría de los reboceros y conocí la casi totalidad de los OBRADORES. Supe que eran unos 40 y se contaban unos 84 telares, aunque tal vez hubo más que conocí".

En el siguiente párrafo me dice: "hace seis años te envié dos trabajos relativos a artesanía zacateca (rebocería y zapatería) y en el primero te dí la causa principal que echó abajo esta fuente de riqueza. A esa causa debe agregarse, por una parte, los trabajos de Necaxa, que requirieron muchos brazos y más de 1909 en adelante y por otra, que buen número de reboceros fueron a ocupar secretarías en los pueblos de la sierra de Zacatlán.

Recuerdo de los 250 operarios en los obradores, por lo menos un 30% fueron a los trabajos del túnel y un 20 % a las secretarías.

A continuación se transcribe el escrito del Profr. Baudelio Candanedo fechado el 4 de abril de 1968.

Artesanía. Tejidos. En Zacatlán, Pue.

Desde el año de 1750, se especializaron en el tejido de cotones de lana los hermanos Filomeno  y Macedonio Luna, en telares rudimentarios que instalaron en el barrio de Ayohualulco (ALTICA), de este municipio.

Tengo noticia de que los señores Lorenzao Barrera y Mariano Sosa establecieron en el barrio mencionado los primeros talleres de rebocería (OBRADORES). Siguen en orden cronológico los señores Antonio e Ignacio Reyes y don José Lobato.

Los señores José María Morales y Vicente Rosas imitaron, y aun superaron, el rebozo “POBLANO”, y lo llamaban Rebozo del Cuarenta. Son Antonio Reyes, don Rafael Santos (MEDIO HERMANO DE LA SEÑORITA ISABEL CABRERA) y don Agustín Oropeza, padre del laureado flautista Agustín Oropeza Barrera, se distinguieron como tejedores de rebozo fino, telas, cotines y manteles.

Por el año de 1890, llegó a este lugar, procedente de Guanajuato, don Valeriano García, quien trajo nuevos tejidos que mejoraron bastante la industria que me ocupa. El señor Pedro Fernández lo invitó para que colaborara en su taller que tenía establecido en la Cuarta Calle de Juárez de esta ciudad, y de ese obrador salió enorme cantidad de rebozo de buena calidad.

Más tarde llegaron a esta cabecera los señores Catarino García y Bonifacio Rosilos. Ambos individuos trajeron NUEVOS PROCEDIMIENTOS DE TINTORERÍA, con los cuales obtuvieron mejores productos y mayores utilidades; y por convenir  así a sus intereses, demoraron la programación de sus conocimientos para teñir el algodón.

Además de los señores José María Morales, Vicente Rosas, José Lobato, Rafael Santos, Agustín Oropeza, Pedro Fernández y los hermanos Antonio o Ignacio Reyes, trabajaron en mayor escala los señores Bonifacio Rosales, María de la Luz Márquez, Reinaldo Rosas y Trinidad Herrero.

Tuvieron obradores de menos importancia los señores Manuel Ibarra, Alta Gracia  Rosas, José María Castillo, Lorenzo Ortega, Vicente Reyes (el pobre Rafael Barrera, Manuel Roldan, Aurelio Soto, Abraham López, David Martínez, J. de la Luz Barrera, Miguel Hernández, Federico Barrera Méndez, J. Carmen y Tirso Flores, Manuel Barrera Reyes (que durante muchos años se distinguió en el PERFECTO DEVANADO DE CAÑONES Y CANILLAS Y EN UNA LABOR LLAMADA “PEPENADO”), Magdalena Lecona, Pedro Hernández, Miguel Sosa, Magdalena Carballo, Cristota Barrera y Lorenzo Santos.

En esos 38 obradores trabajaron algo más de 250 operarios y dieron trabajo a unas 180 mujeres que hacían el tejido de la punta, ocupación llamada “PUNTAS” con varias labores, según la calidad de los rebozos.

Por los años 1901 a 1903 se tejió en telares llamados “de chicote”, con los cuales se ahorraba tiempo y energía muscular.

En 1903, el señor LEONARDO ÁLVAREZ trató de beneficiar a los propietarios o industriales de este ramo, y celebró con los primeros Contrato de Venta “Exclusiva”, y cada sábado recibía grandes cantidades de rebozos y hacía la liquidación correspondiente.

En aquel año, el magnífico carpintero don Aurelio Candia inventó un “tórculo”, con el cual íbamos a planchar los rebozos para darles mejor presentación. Poco tiempo después fracasó esta negociación debido a la introducción de rebozos  más baratos en el comercio local y exterior. Dichos productos fueron traídos de Tulancingo Hgo. y de la ciudad de Puebla.

Cuando esta industria había alcanzado su apogeo, la producción era llevada a distintos lugares de los distritos circunvecinos y de los estados de Hidalgo, Veracruz y Tlaxcala.

Poco a poco fue decayendo esta FAMOSA industria zacateca, y el último que se sostuvo en esta ocupación fue el señor Lorenzo Santos. Zacatlán, Pue., a 4 de abril de 1968.

lunes, 27 de agosto de 2012

Jenaro Cabrera Oropeza (1918-2012)



A todos los asiduos lectores de la revista cultural Puebla Mágica se les hace saber que el día domingo 26 de agosto del 2012 falleció en su amada tierra natal Zacatlán nuestro amigo y director don Jenaro Cabrera Oropeza a la edad de 93 años.

Que llevaba nada menos que 21 años al frente de la dirección de Puebla Mágica. Lo decimos con un hondo pesar, ya que Zacatlán y Puebla han perdido en verdad a un gran poblano, estudioso de la historia en su modalidad de cronista. Nuestra amistad se la debemos a mi compadre y amigo Humberto Sotelo Mendoza, y que a instancias de él lo hicimos director de la revista, y recuerdo con pesar todos esos numerosos encuentros donde elegíamos la portada de  Puebla Mágica y seleccionábamos los artículos a publicar, ya que en cada uno de ellos siempre tenía algo interesante y sabio que comentar.

Muchos sentimos su partida y tal vez nos conformaremos con que nos siga auxiliando Ofelia su esposa y sus hijos, Jenaro y María Eugenia. Un abrazo solidario.

Luis Lozada León.

martes, 14 de agosto de 2012

Los Chiles en Nogada



Por Enrique Cordero y T.

Recién concertado estaba el Plan de Iguala cuando don Agustín de Iturbide dio al movimiento emancipador de México su bandera tricolor, encomendando la hechura del primer lienzo a su sastre y barbero José Magdaleno Ocampo, quien lo entregó el 24 de febrero de 1821.

Estas líneas son antecedentes históricos a esta leyenda.

Éranse tres hermanas, cuyos padres criollos de la angélica ciudad de Puebla, tenían palaciega casa en la Calle de Micieses, ángulo del crucero de las Calles de Victoria, costado de San Agustín e Ibarra o San Agustín. Familia de muchos posibles, producto de cuantiosos bienes raíces en la capital del país y en esta población de su residencia; iban o venían, venían o iban de uno a otro sitios.

A la entrada del ejército de las "Tres Garantías" la familia se hallaba en México. En varias de las diferentes festividades y recepciones que le hicieron al Libertad y a su guardia de corpus, las tres hermosas, sobresalientes por su belleza, atruendos y trato fueron enamoradas por apuestos oficiales, a quienes correspondieron.

La familia regresó a la Angelópolis, pero las tres parejas de novios, que estaban enamorados hasta el delirio quedaron en verse muy pronto.

¡Bah, muy pronto! D. Agustín iría a la Puebla, que sería la primera ciudad de la nación proclamada libre.

Las tres godibles señoritas pidieron a sus prometidos la fecha forma de halagar al señor de Iturbide. Uno de los oficiales aseguró: "el 2 de agosto de 1821 y precisó: "Al generalisímo le agradan mucho los guisos regionales, es un excelente gastrónomo obséquiesele con esto y con un platillo en el que se empleen materiales que tengan los colores de la recién instituida Bandera Mexicana, ¡será gran sorpresa!

¡Magnífico! aprobaron y se comprometieron las chicas.

-En qué gran conflicto nos hemos metido, dijo una de las hermanas, si nada sabemos ninguna de cocina.

-Pero habrá modo de resolverlo y ¡con urgencia!, añadió otra.
-¡Claro!, optimista dijo la última, y, resuelto está. Expuso: encomendaremos el platillo sugerido a las madres contemplativas agustinas del convento de Santa Mónica; entre ellas hay sabias, magníficas cocineras; dándoles la idea saldremos orgullosamente triunfantes ante nuestros apuestos y amados oficiales iturbidistas.

Como lo pensaron, lo ejecutaron.

Las monjas en concilio:

Quieren esas niñas que el platillo sea originalmente poblano; que tenga en su elaboración materiales o productos en que estén los colores de la enseña patria.

Bien, acordaron:

Emplearemos chiles; del tiempo de San Martín Texmelucan, que son grandes e imponderables en su calidad; los prepararemos quitándoles las venas y semillas para neutralizarlos haciendo que el picor sea delicioso. Los rellenaremos, éste puede ser sencillo, sólo de queso serrano de cabra de Tiatlauqui, Zacapoaxtla o Teziutlán; con picadillo menudito de carne de res y de puerco, de la matanza famosa de San Antonio del Puente o de Cholula y en caso de Tecali, que los animales de ahí son bien cebados; y con mil sabores: jugo de clavo y canela –todo esto molido- y pasta semi seca de la molienda con duraznos de las huertas de Huejotzingo manzanas de las mejores de Zacatlán, peras de la famosa huerta de los padres Carmelitas, de esta propia levítica Puebla y más, aderezo con piñones, pasas, almendras etc., -pasta única que ni el propio patrono de las cocineras; San Pascual Bailón se lo imaginara.

Después, "capiaremos" los chiles con huevos rancheros de los rurales gallineros de Tepeaca, Amozoc o Acajete, friéndolos, aunque sea muy costoso con la deliciosa mantequilla de Chipilo.
¡Aquí ya está el verde!

Haremos una salsa de nuez de Calpan, de preferencia, que hay muy buenas y abundantes nogaleras en otras partes del territorio poblano, licuada muy poco con el mejor de los vinos, también regionales que los hay rivales de los extranjeros. La tarea más pesada y tardada de todo: fue pelar cientos de nueces en la que se empleará una legión de ayudantes. Se echará en abundancia sobre los chiles cubriéndoles totalmente.

Aquí está ya, también, el blanco!
Finalizaremos: sobre la nogada echaremos, abundante sépalos o dientecillos de granada, de las únicas para esta exquisitez, de Tehuacán que por su exclusividad se llama a esta importante ciudad "De las Granadas". Finalmente el rojo es aquí!

Y más aderezo: hojitas frescas, verdes de perejil esparcidas en el platillo poblano "CHILES EN NOGADA".

¡Cumplido absoluto el encargo! amén.

El 3 de agosto, arribo a Puebla don Agustín de Iturbide, cabeza de la Primera Regencia de la Nación Mexicana, ya libre soberana. Fue un apoteosis. En el banquete le sirvieron el platillo ex profeso guisado "de los chiles en nogada", en un banquete de ciento cincuenta cubiertos servidos en la casa de las tres hermosas jóvenes de nuestra relación.

Realmente fue una sorpresa para el Libertador, de sus ayudantes que promovieron la hechura del exquisito platillo y de todos los comensales.

El ofrecimiento tocó hacerlo al Superior de los Agustinos quien advirtió que en este mes se celebraba al Santo Patrono de la Orden, el día 28 y que en nombre de esta comunidad religiosa, principalmente de las madrecitas de Santa Mónica, se adelantaba la cuelga al excelentísimo señor jefe del Estado Mexicano, ya que su nombre era Agustín.

De manjar fueron calificados los chiles en nogada, que desde ese año se hicieron famosos traspasando los lindes territoriales poblanos. Cada año en el banquete de los padres Agustinos se sirvieron; tuvieron más renombre porque en la verbena de este barrio que es el de las de más resonancia, en los puestos de comida se vendían los chiles en nogada.

Han transcurrido los siglos. Iturbide pasó a la historia, se le ha olvidado, pero el 28 de agosto día de San Agustín perdura la costumbre, en casi todos los hogares angelopolitanos de gustar el exquisito platillo.

martes, 7 de agosto de 2012

Bienvenidos!


En Puebla Mágica básicamente pretendemos contribuir al enriquecimiento de la vida cultural de Puebla, partiendo del reconocimiento de que nuestro estado es una de las entidades más complejas y multifacéticas en cuanto a expresiones culturales se refiere.