Por Ing. Jenaro Cabrera Oropeza
Es
Sub- delegado de Zacatlán el señor Manuel Ramón y Cascaxares, dependiente de la
Intendencia de Puebla, desde 1791, en la "lista de los sujetos
comerciantes, labradores y arrieros que hay en la cabecera de Zacatlán y su
jurisdicción", da cuenta de 41 comerciantes, 89 labradores y 38 arrieros.
Esta lista tiene como fecha el 12 de enero de 1793.
Más
adelante, aclara que no se proporciona la lista de los artesanos "porque
estos con poco pueden concurrir con su notoria pobreza".
En
la lista formulada no se incluye a los indios. Esta referencia tiene como fecha
el 12 de enero de 1793.
El
Profr. Baudelio Candanedo en carta que me dirige de Zacatlán, fechada el 1 de
Noviembre de 1974, en los dos últimos párrafos de la misma, me dice en el
primero:
"durante
mis 15 y 16 años de edad trabajé en la rebocería y aprendí ese oficio. Como es
natural, me relacioné con la mayoría de los reboceros y conocí la casi
totalidad de los OBRADORES. Supe que eran unos 40 y se contaban unos 84
telares, aunque tal vez hubo más que conocí".
En
el siguiente párrafo me dice: "hace seis años te envié dos trabajos
relativos a artesanía zacateca (rebocería y zapatería) y en el primero te dí la
causa principal que echó abajo esta fuente de riqueza. A esa causa debe
agregarse, por una parte, los trabajos de Necaxa, que requirieron muchos brazos
y más de 1909 en adelante y por otra, que buen número de reboceros fueron a
ocupar secretarías en los pueblos de la sierra de Zacatlán.
Recuerdo
de los 250 operarios en los obradores, por lo menos un 30% fueron a los
trabajos del túnel y un 20 % a las secretarías.
A
continuación se transcribe el escrito del Profr. Baudelio Candanedo fechado el
4 de abril de 1968.
Artesanía. Tejidos. En Zacatlán, Pue.
Desde
el año de 1750, se especializaron en el tejido de cotones de lana los hermanos
Filomeno y Macedonio Luna, en telares
rudimentarios que instalaron en el barrio de Ayohualulco (ALTICA), de este
municipio.
Tengo
noticia de que los señores Lorenzao Barrera y Mariano Sosa establecieron en el
barrio mencionado los primeros talleres de rebocería (OBRADORES). Siguen en
orden cronológico los señores Antonio e Ignacio Reyes y don José Lobato.
Los
señores José María Morales y Vicente Rosas imitaron, y aun superaron, el rebozo
“POBLANO”, y lo llamaban Rebozo del Cuarenta. Son Antonio Reyes, don Rafael
Santos (MEDIO HERMANO DE LA SEÑORITA ISABEL CABRERA) y don Agustín Oropeza,
padre del laureado flautista Agustín Oropeza Barrera, se distinguieron como
tejedores de rebozo fino, telas, cotines y manteles.
Por
el año de 1890, llegó a este lugar, procedente de Guanajuato, don Valeriano
García, quien trajo nuevos tejidos que mejoraron bastante la industria que me
ocupa. El señor Pedro Fernández lo invitó para que colaborara en su taller que
tenía establecido en la Cuarta Calle de Juárez de esta ciudad, y de ese obrador
salió enorme cantidad de rebozo de buena calidad.
Más
tarde llegaron a esta cabecera los señores Catarino García y Bonifacio Rosilos.
Ambos individuos trajeron NUEVOS PROCEDIMIENTOS DE TINTORERÍA, con los cuales
obtuvieron mejores productos y mayores utilidades; y por convenir así a sus intereses, demoraron la
programación de sus conocimientos para teñir el algodón.
Además
de los señores José María Morales, Vicente Rosas, José Lobato, Rafael Santos,
Agustín Oropeza, Pedro Fernández y los hermanos Antonio o Ignacio Reyes,
trabajaron en mayor escala los señores Bonifacio Rosales, María de la Luz
Márquez, Reinaldo Rosas y Trinidad Herrero.
Tuvieron
obradores de menos importancia los señores Manuel Ibarra, Alta Gracia Rosas, José María Castillo, Lorenzo Ortega,
Vicente Reyes (el pobre Rafael Barrera, Manuel Roldan, Aurelio Soto, Abraham
López, David Martínez, J. de la Luz Barrera, Miguel Hernández, Federico Barrera
Méndez, J. Carmen y Tirso Flores, Manuel Barrera Reyes (que durante muchos años
se distinguió en el PERFECTO DEVANADO DE CAÑONES Y CANILLAS Y EN UNA LABOR
LLAMADA “PEPENADO”), Magdalena Lecona, Pedro Hernández, Miguel Sosa, Magdalena
Carballo, Cristota Barrera y Lorenzo Santos.
En
esos 38 obradores trabajaron algo más de 250 operarios y dieron trabajo a unas
180 mujeres que hacían el tejido de la punta, ocupación llamada “PUNTAS” con
varias labores, según la calidad de los rebozos.
Por
los años 1901 a 1903 se tejió en telares llamados “de chicote”, con los cuales
se ahorraba tiempo y energía muscular.
En
1903, el señor LEONARDO ÁLVAREZ trató de beneficiar a los propietarios o
industriales de este ramo, y celebró con los primeros Contrato de Venta
“Exclusiva”, y cada sábado recibía grandes cantidades de rebozos y hacía la
liquidación correspondiente.
En
aquel año, el magnífico carpintero don Aurelio Candia inventó un “tórculo”, con
el cual íbamos a planchar los rebozos para darles mejor presentación. Poco
tiempo después fracasó esta negociación debido a la introducción de
rebozos más baratos en el comercio local
y exterior. Dichos productos fueron traídos de Tulancingo Hgo. y de la ciudad
de Puebla.
Cuando
esta industria había alcanzado su apogeo, la producción era llevada a distintos
lugares de los distritos circunvecinos y de los estados de Hidalgo, Veracruz y
Tlaxcala.
Poco
a poco fue decayendo esta FAMOSA industria zacateca, y el último que se sostuvo
en esta ocupación fue el señor Lorenzo Santos. Zacatlán, Pue., a 4 de abril de
1968.
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